Las cocinas rústicas tienen sus raíces en las antiguas viviendas rurales y granjas de Europa, donde la funcionalidad y la durabilidad eran primordiales. A medida que la sociedad se industrializaba, las cocinas modernas comenzaron a incorporar tecnología y materiales más avanzados, relegando las cocinas rústicas al pasado. Sin embargo, a finales del siglo XX y comienzos del XXI, las cocinas rústicas experimentaron resurgimiento gracias a su estética acogedora y nostálgica.
Entre las principales características de las cocinas rústicas destacan:
• Materiales naturales, como la madera, la piedra y el hierro forjado.
• Colores cálidos. El marrón, el beige, el verde oliva y el rojo terracota son los más comunes.
• Muebles de aspecto envejecido como mesas de madera maciza, sillas de mimbre y estanterías de hierro forjado.
• Herrajes y detalles decorativos. como las perillas y tiradores de metal y los detalles decorativos, azulejos pintados a mano o platos de cerámica, también añaden un toque de autenticidad y belleza a la cocina.
• Iluminación suave y cálida es esencial en una cocina rústica. Las lámparas colgantes de hierro forjado o las luces empotradas con bombillas Edison ayudan a generar una atmósfera acogedora.
La suma de estos elementos aportan calidez y textura al espacio, creando así una sensación de conexión con la naturaleza, si esto es lo que buscas para tu cocina, definitivamente el estilo rústico es totalmente el que más te puede funcionar.
